DEL EVANGELIO DE SAN JUAN (6, 48-58)


Jesús les respondió: «Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron. Este es el pan que baja del cielo, para que quien coma de él no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. Si alguno come de este pan, vivirá eternamente; y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo».

Los judíos discutían entre ellos, diciendo: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?».

Jesús les dijo: «Os lo aseguro: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. Quien come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Como el Padre que me envió vive y yo vivo por el Padre, así quien me come también él vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo, no como el que comieron los padres y murieron; quien come este pan, vivirá eternamente».

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