Los judíos discutían entre ellos, diciendo: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?».
Jesús les dijo: «Os lo aseguro: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. Quien come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Como el Padre que me envió vive y yo vivo por el Padre, así quien me come también él vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo, no como el que comieron los padres y murieron; quien come este pan, vivirá eternamente».
Necesito comentario
ResponderBorrar